Partículas supracuánticas
Pero, ¿realmente existen los cuadriones o son sólo desvaríos de mi desbocada imaginación? Veamos. Se requiere una partícula conformada por cuatro quarks. Esto es porque según mi hipótesis del campo unificado, a los cuadriones corresponde la polaridad cuatro de los campos-partícula. Recuérdese que la polaridad cero corresponde al par de fuerzas nucleares; la polaridad uno corresponde a los campos gravitacional y exégiro; la polaridad dos a las interacciones eléctrica y magnética; y la polaridad tres crea las partículas bariones, familia a la que pertenecen los protones y los neutrones. Adicionalmente, los cuatro quarks de los cuadriones han de ser de tipos diferentes. Esto es porque, desde el punto de vista de la consciencia, un quark corresponde a resultados favorables para sí misma; otro, a resultados desfavorables; otro más, a resultados indiferentes; y el último, a resultados contradictorios. Y aún más, la partícula deberá presentar carga eléctrica cero y espín total cero. Requerimientos necesarios pues los cuadriones no crean materia como la percibimos a nuestro derredor. Recuérdese, también, que es la fuerza eléctrica la responsable de la sujeción entre núcleos positivos y electrones negativos que permite la formación de átomos. Partículas sin momento angular y sin carga eléctrica seguramente serán translucidos a las emisiones electromagnéticas; aunque su masa, en inmensas cantidades, será capaz de modificar el movimiento de cúmulos galácticos y doblar la luz. Probablemente, una partícula con cuatro quarks contendrá menos masa que un hexaquark con seis, haciendo al primero más longevo y por tanto convirtiéndolo en un mejor candidato para conformar la materia oscura. Tales partículas habrán de estar ligadas a la consciencia de alguna manera, tal vez como ocurre con las partículas entrelazadas; pero sobre esto elucubraré en otro cuento.
Para satisfacer semejantes requerimientos tendremos que pensar en una partícula constituida por un quark-arriba, un antiquark-encanto, un antiquark-abajo y un quark-extraño; o imaginar una combinación de un quark-arriba, un antiquark-encanto, un quark-abajo y un antiquark-extraño; o quizás, en un tetraedro formado por un antiquark-arriba, un quark-encanto, un antiquark-abajo y un quark-extraño.
En 2003 fue observada, en experimento con el detector Belle en Japón, una partícula con masa de 3872 MeV/c² y cuyos números cuánticos diferían de cualquier partícula catalogada anteriormente. Fue bautizada como X(3872) y se sospechó que se trataba de un tetraquark, es decir un mesón compuesto por cuatro quarks. En 2004 una segunda partícula que suscitó las mismas sospechas fue detectada en el Fermilab de Chicago durante el experimento SELEX. A partir de entonces media docena más de estos personajes subatómicos se han hecho presentes en los experimentos de aceleradores de varios centros de investigación científica. La existencia de hadrones tetraquark fuera del modelo aceptado de quarks es consistente con la teoría de la cromodinámica cuántica. Aunque antes de esas fechas no había sido detectado ninguno. En 2020 el Gran Colisionador de Hadrones del Cern en Suiza detectó un tetraquark formado por 2 quarks-encanto y 2 antiquarks-encanto. Creo que nos acercamos a las especificaciones de un cuadrión, pues este último tetraquark cumple con casi todos los requerimientos.