Focus
El profesor de matemáticas resolvía en el pizarrón el problema que había dejado de tarea. Después de planteado el razonamiento de la solución, procedió a realizar las operaciones. “Cuatrocientos cuatro por cuatrocientos cuatro”, dijo y escribió los números en la pizarra. Luego continuó: “cuatro por cuatro, dieciséis, escribo seis y acarreo uno en la cabeza”. Un murmullo se escuchó a su espalda. El cuchicheo se incrementaba conforme el docente avanzaba en el procedimiento. El maestro inmutable continuó con su labor. Una risa en el fondo del salón fue audible, cuando el maestro cometió un error que debió corregir rehaciendo los pasos ya realizados. Al concluir la multiplicación se volvió hacia el grupo. Risas pretendidamente contenidas y sonrisas pícaras mostraban la mayoría de sus alumnos. Varios de ellos sostenían en sus manos calculadoras o teléfonos personales. Habían obtenido el cuadrado del radio varios minutos antes de que el profesor anunciara satisfecho: “ciento sesenta y tres mil doscientos dieciséis”. Entonces uno de los alumnos, el más osado de todos, preguntó con arrogancia: “¿Para qué necesitamos aprender cómo se realiza una multiplicación si ya existen aparatos que pueden resolverla por nosotros?”
“No es aprender el procedimiento lo importante en este caso”, respondió el maestro. “Ni siquiera es importante aprender las matemáticas. Muchos de ustedes no las utilizarán en sus vidas profesionales. Aprender cómo se realiza una multiplicación es sencillo y más sencillo es olvidar cómo hacerlo. Ejecutarla sin cometer errores y ser capaz de corregir los cometidos es lo que deben aprender de todos estos ejercicios. El desafío es ejecutar cada paso del proceso con cuidado. Ser capaz de concentrarse en la tarea. Se llama en latín: focus. Significa enfocarse. Focus es concentrarse en el aquí y en el ahora. Lo importante es la tarea que se está desarrollando. No permitir distracción alguna mientras se sigue el procedimiento. Focus es no cometer errores y ser capaz de descubrir y corregir aquellos cometidos. Focus es hacer lo que se hace con cuidado para poder entregar un resultado sin equivocaciones.”
Las risas cesaron.
“Pónganlo en práctica, muchachos,” prosiguió el profesor, “y pronto podrán jugar ajedrez con destreza, entregar tareas sin errores; llegar, si lo desean, a ser astronautas, cirujanos, pilotos de carreras o atletas de alto rendimiento; incluso crear dispositivos que realicen operaciones complejas como la calculadora de sus teléfonos.”
Semanas después, los alumnos descubrieron que el profesor era capaz de realizar operaciones aritméticas, como aquella del problema, pero utilizando sólo su mente sin ayuda de calculadora, sin el auxilio de papel y lápiz, y en el tiempo en el que ellos extraían de sus mochilas el teléfono personal. “¿Cómo lo logra, profesor?” Preguntó el mismo muchacho osado. El profesor respondió en coro con varios otros de los alumnos presentes: “focus”. Luego sonriendo ofreció enseñar los productos notables del álgebra para descomponer en operaciones aritméticas más sencillas, las operaciones complicadas.